El Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires inauguró la posibilidad de certificar firmas a distancia a través de un sistema digitalizado. Aplica para contratos de alquileres y boletos de compraventas entre otros instrumentos
Ya resulta remanido enunciar como una de las consecuencias de la pandemia la aceleración en la incorporación de la tecnología en distintos procesos de nuestra vida. Precisamente dentro de una profesión como la notaría, tradicionalmente asentada en la presencialidad y en los papeles físicos, resultan bienvenidas este tipo de innovaciones tecnológicas incorporadas por el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires que permiten la resolución de trámites a distancia.
Con esta nueva herramienta, los escribanos pueden desde el 26 de mayo pasado, certificar firmas a distancia, a través de una videollamada y con un software desarrollado por la institución, que cumple con todos los estándares internacionales de seguridad. Este sistema garantiza que la comunicación se lleve a cabo de manera encriptada, por medio de una app, a través de la cual el escribano certifica todo el proceso con la validación biométrica de identidad conectada con el Registro Nacional de las Personas (RENAPER).
Por el momento, sólo se puede aplicar para instrumentos privados, dado que –por ejemplo– para una escritura o un poder el nuevo Código Civil prevé el soporte papel. No obstante, ante los inminentes cierres de actividades en distintas áreas de la economía, la firma a distancia ofrece ser una solución para aquellos casos donde los requirentes no se encuentren en forma presencial ante el escribano, o no puedan trasladarse a una escribanía.
Para el mercado inmobiliario resulta de aplicación directa para dos instrumentos muy utilizados en la práctica diaria, como son los boletos de compraventa y los contratos de alquileres. “Para el complejo escenario en el mercado de alquileres, sus nuevos contratos o renovaciones también resulta una solución”, sugirieron desde el Colegio.