La autoconstrucción y la reactivación de la obra pública generaron en los últimos dos meses un pico de demanda de materiales de construcción que en algunos casos genera dificultades de abastecimiento, pero que desde el sector apuestan a que se normalice en el mediano plazo.
“El primer consumo que creció y rápidamente fue de viviendas particulares, mucha gente yendo a comprar materiales y entre el mes pasado y este se sumaron fuertemente las empresas constructoras; estamos en un pico tanto de consumidores como de empresas constructoras solicitando mercadería”, dijo Cristian Basualdo, CEO de Barugel Azulay, según consignó Telam.
En un encuentro virtual organizado por la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), Basualdo señaló que “estamos ante un mercado que está tirando, una demanda que está tirando y que nos exige planificar y pensar con un horizonte entre 45 y 90 días” para la compra anticipada de materiales.
Por su parte, el vicepresidente de la constructora Criba, Juan Pablo Tarasido, sostuvo que “para los materiales relacionados con el dólar, como el hierro y el aluminio, hay que estar previendo el pedido con 90/120 días de anticipación“.
“En el medio de esto las implicancias de cerrar una fábrica son muy importantes y tienen consecuencias que aún estamos viviendo; hay fábricas que están produciendo al 60/70%, limitada la producción por protocolos y con baches que se vuelven a generar porque el coronavirus sigue”, analizó Tarasido.
En tanto, el presidente de Grupo Construya, Pedro Brandi, dijo que respecto al nivel de ventas de materiales en abril el índice Construya se situó en 77 puntos, “muy por debajo de lo que fue el peor mes que teníamos registrado hasta acá”, mientras que a lo largo del año la actividad se recuperó y subió a 415 puntos en octubre.
En cuanto al abastecimiento, señaló que “lo que está impactando muy fuertemente es por un lado la pandemia, las empresas están operando con un 15 o 30% menos del personal habitual” y “otro aspecto es que tanto el comercio como las fábricas, con motivo de la pandemia, se deshicieron parcial o totalmente de sus stocks previos”.
“Cuando caímos en pandemia muchas fábricas pararon al 100%, no fabricaron y sí despacharon, achicaron drásticamente los stocks y ahora te encontras con una situación de alta demanda y muy bajos stocks en fábrica y corralón”, agregó.
Asimismo, Brandi dijo que “la pandemia ha hecho que las familias bajaran sus gastos de turismo, esparcimiento, vacaciones que fueron reducidos a cero y eso ha generado un plus de capacidad adquisitiva que antes no estaba”.
“Hay un récord absoluto de despacho de cemento en bolsa en octubre pero el despacho de cemento a granel está muy por debajo; históricamente la relación de ventas es 40% granel y 60% en bolsas y ahora está 20% granel y 80% en bolsa; eso demuestra que hay muy poca obra pública y recién está empezando a moverse la obra que lleva cemento a granel”, afirmó.
Carlos Spina, socio y director de Argencons, observó que “la oferta se vio dañada en sus procesos de producción y la demanda que se acordó de golpe de salir a comprar, eso pasó en el mundo en general” pero consideró que “no debería haber problema a mediano y largo plazo”.
“Se habló de un stockeo especulativo para la autoconstrucción, los que se compraron terrenos suburbanos, de algunas obras medianas y grandes que están en marcha, pero tampoco hay una disparada de obras porque sigue habiendo 150 mil trabajos menos en Uocra”, afirmó.
A su turno, el presidente de la CEDU, Damián Tabakman, consideró que “algunas cosas han crecido exponencialmente en término de pocos días y se vio la incapacidad de todo el sistema para reaccionar tan rápidamente como uno desearía pero que en la práctica es imposible”.
“Creemos que todo eso en los próximos meses debería ir acomodándose y apostamos que la demanda finalmente termine traccionando y generando que esto se convierta en un proceso de retroalimentación positiva y valiosa para todos”, concluyó.
Artículo vía: Cronista